I
Nunca fui buen alumno en la escuela, nací un año sin día de los noventas y no alcancé ni a la equis, me tocó el renegado New Age y desde ahí que a mi garganta se le arraigó el anacronismo, nací en el ninguneo de los noventas, y nunca fui buen alumno, ni sobresaliente. Fui el cuento de un padre con el corazón en ruinas, la pistola y el cuchillo que según mi progenitora ocultaba cristo bajo el taparrabos, las barbas de un cristo lampiño, fui, la soledad de la memoria. Nací objeto amorfo y nadie me contó el queso de la luna o los dientes del ratón, yo me inventé un cuento cuando vi al Peyul usurpando la inocencia, yo me inventé la luna cuando en mi cuerpo no quedó sino distancia, yo me inventé el rezo cuando tuve la necesidad de un dios que respetara mis dientes de leche.
Decía que nací en siglo sin siglo, en una época ajena a toda época; no me tocó ni la caída del muro, ni la paloma que se postró en un general e hizo que toda una nación se hincara ante un fascismo futuro; fui un año sin exilio, una corona sin espinas, un mundo que no gime sus mártires.
II
Recuerdo que hubo un día en que la voz de mi costilla encontró la imagen de una voz violeta/ a partir de entonces se fisuró el silencio. Por las grietas asomáronse voces de cantos muertos/ voz oculta en la voz/ voz como rayo de sol por la ventana de un día-penumbra/ voz de viento-intento/ voz de acuosa bajo el agua de un estero/ voz bañada en fuego/ voz ceniza/centinela .
Y la voz fue un montículo de lápidas apiladas, y la voz fue un montículo de barbas largas hasta el suelo/ ya voz fue el abuelo de Paola tocándole las nalgas en la infancia, el tío de Jesús gritándole “Nadie te va a creer por pinche bizco y puerco”/ ya la voz fue Jorge con su pene dentro la boca que diez años antes cantó la luz del mundo/ Paty drogada por su tío/ Jacinto acusado de maricón por acusar a su prima de haberlo violado/ una calle en Manzanillo con un niño siendo penetrado a cambio de un pedazo de aluminio encendedor y un tanque; fue la voz, y la voz fue mi
costilla en la imagen de la voz violeta, y la voz reventó a mitad de la noche/ se enredó en la
oscuridad/
y la voz fue silencio.
Peggy Lane y demás yerbas 