Otra búsqueda frustrada (Parte I)

"más que normalizar la violencia entramos en la etapa de justificarla; los muertos se han apoderado del diario -si no hemos entrado a la histeria colectiva es porque decidimos volvernos hacia otro sitio-, la única manera de tolerar la violencia era justificándola, haciéndola necesaria. Pensar que la delincuencia solo ataca a la delincuencia es una forma de encerrarnos en la pasividad, de no exigir respuestas inmediatas a las instituciones y restarle responsabilidad al Estado; los diversos móviles delictivos no atienden sólo circunstancias propiciadas por la ilegalidad, y aunque así fuera, el Estado, al ser funcional, no debería permitir la desaparición forzada de sus habitantes. El discurso no solo culpabiliza a las víctimas, sino que es la herramienta más eficiente al momento de dar el carpetazo. No es extraño que se haya convertido en el discurso oficial cuando de desaparecidos se trata."